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BIOCOMPARTIENDO

Número 06 del 2020 / domingo 9 de febrero

¡Por una vida sana y feliz; libre de transgénicos cancerígenos!

Editor Fernando Alvarado de la Fuente / bioferdi@hotmail.com

Ver todos los números de Compartiendo en: www.ideas.org.pe

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INDICE

  • Homenaje a Alfredo Stecher
  • Alimentación Saludable: Revisión profundizada de lo central
  • Nuestra riqueza culinaria
  • CALENDARIO AGROECOLOGICO 2020

 

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Homenaje a Alfredo Stecher

 

 

Querida familia, amigas y amigos,

 

Nuestro querido Alfredo Stecher nos dejó hace ya casi un año. Tanto su familia, como sus amigos, y quienes trabajaron junto a él, lo extrañamos y recordamos siempre. Por este motivo, queremos rendirle un homenaje en el que plantaremos un árbol de Jacarandá en su memoria, como una simbólica expresión de su comprometida manera de ver el mundo.

 

Los invitamos a compartir junt@s este significativo momento en la ceremonia, al final de la cual haremos un brindis en su memoria.

 

FECHA:             Domingo 16 de febrero, 2020

HORA:              Inicio a las 10:00 y culmina a las 12:00 horas

LUGAR:            Parque Manuel Villavicencio. La Aurora. Miraflores.

Esquina de Cuadra 1 de Salvador Gutiérrez con Cuadra 2 de Víctor González Olaechea.

 

Nota: Sugerimos ir con ropa cómoda, bloqueador solar, llevar gorro o sombrero y, si desea, una manta para sentarse en el piso.

 

Por favor, confirmar su asistencia a través de este medio al bioferdi@hotmail.com

 

Esperando vernos pronto,

 

El Comité Organizador

 

 

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Alfredo Stecher

Miembro fundador y directivo del Centro Ideas, economista con estudios de posgrado en sociología, economía del desarrollo y gestión empresarial. Ha sido docente universitario, presidente del Centro Ideas, vicepresidente de la Asociación Nacional de Centros y directivo de redes de ONGs nacionales e internacionales, consultor internacional; responsable de evaluación de proyectos e instituciones, de estudios, y de promoción de agricultura orgánica, agroindustria, desarrollo rural y urbano, desarrollo regional; experiencia en gestión y consultoría empresarial. Es miembro del directorio de la empresa consultora Recursos y presidente del directorio de la empresa certificadora ecológica latinoamericana BioLatina.

 

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Alimentación Saludable: Revisión profundizada de lo central*

  1. Las enfermedades de origen alimentario dependen, además de los alimentos, de los genes y de la vida laboral, también mucho del estilo de vida y del estrés, así como de la contaminación ambiental, o son agravadas por estos.
  2. Una alimentación saludable nos protege contra muchas enfermedades, sea evitando contraerlas o aumentando nuestra resistencia para disminuir sus efectos y su duración.
  3. La alimentación saludable, junto con el movimiento físico suficiente, nos proporciona más energía vital, física y mental.
  4. Incluso algunas enfermedades que tienden a ser crónicas pueden ser frenadas o superadas con un oportuno cambio a una alimentación y estilo de vida más saludables.
  5. Los alimentos sanos deben ser la base de nuestra alimentación, pero no ocasiona (mayor) daño la ingesta ocasional y moderada de alimentos y bebidas menos sanos, por circunstancias o por placer (salvo en el caso de intolerancias, de reacciones alérgicas o de rechazo sicológico fuerte).
  6. Es clave consumir suficientes líquidos, principalmente agua, mejor pura, evitando edulcorantes y saborizantes artificiales, y disminuyendo el consumo de aguas gasificadas artificialmente.
  7. Las indulgencias o antojos espaciados incluso pueden aumentar la capacidad de controlarse la mayor parte del tiempo para evitar, como regla, los alimentos poco sanos o dañinos; también en la comida la rigidez es errónea.
  8. Hombres y mujeres debemos tener igualdad, en derechos y deberes cívicos, así como de oportunidades, pero con algunas distinciones por sexo. También en el funcionamiento de nuestros cuerpos hay enormes similitudes, pero obviamente también diferencias de constitución y de metabolismos, que una adecuada nutrición tiene que tener en cuenta.
  9. Como en todo en la vida, nos conviene asumir progresivamente y lo más posible un enfoque integral, que combine acumulación de conocimientos y de capacidades prácticas con análisis de experiencias y sentido común (siempre subordinado a certezas científicas).
  10. Es recomendable ir cambiando las costumbres alimentarias poco a poco, paso a paso, pero de manera sistemática, para facilitar su asunción plena; aunque a veces un cambio radical puede ser aconsejable.
  11. La mala alimentación provoca una cierta atrofia de los sentidos del gusto y del olfato, lo que a muchas personas les dificulta o impide apreciar las características de la comida saludable, y a su vez contribuye a perpetuar ese hándicap, que hay que contrarrestar con una paciente recuperación.
  12. Entre los mejores alimentos habituales están las legumbres (cocinadas sin grasa), quinua, camote /papa dulce, papa (especialmente las nativas), zapallo /calabaza, zapallito italiano, arroz integral, maíz choclo, avena, coles (incluidos brócoli y coliflor, cocinados sin grasa), cebolla (mejor la roja), ajo, palta, tomate (cultivado sin pesticidas), pimentón, ají y sus parientes, plátano, papaya, piña, mango, tuna, coco y agua de coco, manzana, membrillo, fresa, berries /bayas chicas, pescados, (mejor los azules y de menor tamaño), huevo, pollo, pavo, algo de condimentos y limón (gotas para aderezar y cebiches ocasionales).
  13. Hay que tener en cuenta que los plátanos /bananos tienen potasio, que impide calambres, son útiles tanto frente a diarreas como a estreñimiento, contienen un complejo de vitamina B y vitamina C, y ayudan a combatir el estrés.
  14. La buena alimentación no resuelve todo, pero es garantía de buena o mejor salud, mejores posibilidades de mantenerla o de afrontar enfermedades exitosamente.
  15. Por lo general no hay alimentos milagrosos que solos prevengan o curen alguna enfermedad en particular, sí alimentos que solos o combinados aumentan la protección y resistencia de las personas frente a algunas enfermedades, o que alivian un malestar o contribuyen a curar, a veces llamados nutracéuticos.
  16. Un ejemplo es el brócoli, que, ingerido lo más fresco y menos cocido posible, protege contra algunos tipos de cáncer, y hay diversas listas de alimentos naturales que protegen más -y que vale la pena aumentar en la alimentación, porque su consumo ayuda y al menos no causa daño.
  17. En todos los casos es preferible el alimento orgánico /ecológico –certificado (si no se tiene confianza en el productor), priorizando tomates, pepinillos y otros con menores aplicaciones de agroquímicos en la zona y los que tienen un precio no mucho más alto que sus similares convencionales.
  18. Es recomendable preferir, por razones de salud, así como de solidaridad social y ambiental, los productos con sellos de comercio justo y de buenas prácticas agrícolas, además de los orgánicos.
  19. Son indispensables, en ausencia o como complemento de trabajo físico, los ejercicios físicos (de elongamiento, aeróbicos, fortalecimiento muscular, también taichí, yoga, pilates o afines, etc.) y caminatas a paso rápido, mejor trote, en lo posible cada día, de al menos media hora, mejor, una hora, si el trabajo no implica movimiento, y el ejercicio mental (con lecturas, juegos o pasatiempos) y la meditación, también redacción de cartas y textos y discusiones serias.
  20. Es importante evitar el estrés intenso, innecesario, y prolongado, y propiciar momentos y períodos de descanso con actividades o inactividad gratas, y relajación, además de las vacaciones anuales; para ello conviene hacer deportes físicos y mentales (incluidos juegos).
  21. Hay que aprender a relajarse y a comer de manera relajada, disfrutar lo más posible, sin dejar de atender sus responsabilidades, lo que genera felicidad y reduce el estrés.
  22. Como tantos otros aspectos de la vida, la alimentación saludable requiere no solo de aprender, de la experiencia propia y ajena, sino también de desaprender ideas y rutinas erróneas, con apertura y sentido común.
  23. Ponerse a dieta solo es necesario por enfermedades o predisposiciones específicas, o para desintoxicación; de lo contrario es por lo general inútil y contraproducente (aunque ocasionales ayunos o períodos de ayuno pueden ser positivos).
  24. Es bueno ahorrar, evitando gastos superfluos, también en alimentación, pero no en comida sana para nuestro consumo básico, especialmente para bebés y niños (mejor ahorrar en bebidas comerciales y alcohólicas).
  25. No gastamos en comida, invertimos, para un presente y futuro mejor, que además nos ahorre muchos gastos en salud, porque es mucho menos costoso prevenir que curar.
  26. Una alimentación saludable, con movimientos y ejercicios, permite un significativo ahorro en atención médica, medicamentos, tratamientos, tiempo, dolor, sobresaltos y tensiones.
  27. Es muy importante para nuestro bienestar personal y social sonreír, reír y ser amable, con la mayor frecuencia y sinceridad, lo que estimula el bienestar síquico y hasta físico personal y la mejora de las relaciones sociales y del funcionamiento de la sociedad.

Como escribió Maimónides, médico judío de Córdoba, 1199

"Cualquier enfermedad que pueda ser curada solo con dieta,

no debe ser tratada de otra forma"

 

es decir, con una alimentación adecuada,

algo a tener en cuenta, sin exagerar.

 

Y recordemos: Somos lo que comemos

(en realidad, lo que absorbemos);

 

de nuestra alimentación depende en gran medida

la calidad de nuestro cuerpo,

sustrato de nuestra mente y alma.

 

 

¡Buena alimentación:

más diversa, integral, natural, fresca

y lo menos procesada!

 

 

Y siempre es preferible un alimento orgánico,

garantizado por una certificación,

especialmente para bebés y niños.

 

* Nota: Extraído de: Alfredo Stecher, Pequeña enciclopedia sobre alimentación saludable, Centro IDEAS, 2018

 

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Nuestra riqueza culinaria*

1.        La variedad de nuestra comida

En el Perú tenemos una enorme y muy variada riqueza de productos agropecuarios, tanto autóctonos como adaptados, tanto de zonas tropicales como templadas y de gran altura, tanto de selva como de oasis, e ictiológicos, de uno de los mares más ricos del planeta y de nuestros sistemas fluviales y lacustres (las cuencas del Amazonas, del Pacífico y del Titicaca), en parte también por acuicultura, todo lo cual facilita una alimentación natural, diversa y equilibrada. Incluye notables nutracéuticos -alimentos, condimentos, hierbas y aditivos naturales- que contribuyen más específicamente a evitar o contrarrestar malestares y enfermedades; a eso se agrega algo de productos de recolección y caza.

Nuestra confrontación con un abanico amplio de sabores desde temprana edad, así como con sabrosas formas de preparación, con variados mestizajes culinarios, y muchas frutas, nos hace más abiertos a probar productos previamente no conocidos. A muchos nos gusta además experimentar diferentes sazones.

Nuestra cocina tradicional expresa la mezcla cultural de varias etnias autóctonas y foráneas, en particular la española y otros pueblos europeos y americanos, más las africanas y chinas, y sus diversas evoluciones regionales y fusiones. Y seguimos abiertos al mundo, con espíritu cada vez más conscientemente cosmopolita, que el boom gastronómico aprovecha y fomenta.

Con frecuencia quienes tienen un dominio importante de la cocina tradicional suelen tener también, producto de décadas de relativa escasez por crisis, la disposición y aptitud de adaptarse con inventiva a la ausencia de algún ingrediente acostumbrado. Y las limitaciones económicas llevan a gran parte de la población a preferir los productos de estación.

Si bien la comida rápida y la industrial ultra procesada han aumentado bastante su presencia en nuestros hábitos alimenticios, felizmente aún no alcanzan el grado extremo de penetración que han alcanzado, por ejemplo, en Estados Unidos. De eso nos protege en parte el precio relativamente alto de los productos industriales en comparación con los naturales, dado el nivel generalmente bajo de nuestros ingresos, excepto en el caso de las bebidas gaseosas y del azúcar, más los productos de harinas refinadas, que son la punta de lanza de la alimentación no saludable.

En parte eso lo debemos también a la disponibilidad de empleo doméstico relativamente barato, para hogares que lo pueden asumir, y a la presencia, en muchas familias, de personas dispuestas a cocinar, por no tener fuentes de ingresos fuera de la casa, por costumbre o por placer. Y a que, debido en parte a las crisis económicas tenidas hasta décadas recientes, todavía es elevado el porcentaje de personas capaces de cocinar.

Por el menor costo de la mano de obra es también relativamente barata la comida en restaurantes populares -en locales, en carretillas o por entrega al lugar de trabajo-, que abundan donde quiera que haya personas que, lejos de sus hogares, tienen un descanso en su jornada laboral.

Esto, además de preferencia por la comida tradicional, expresa la existencia de un mercado fuertemente segmentado, en que una población todavía mayoritaria no tiene los ingresos suficientes para vivir de la comida rápida, a diferencia de los Estados Unidos.

Como nos muestran los viajes, los relatos de parientes y amistades, muchas novelas, comics, revistas y películas, en Estados Unidos incluso las personas en extrema pobreza, que viven de subsidios estatales, recurren a la comida rápida, tanto por resultarles relativamente barata y haberles creado adicción, como por haber perdido en gran medida las habilidades necesarias para cocinar, además de la dificultad de conseguir los insumos (los supermercados más populares casi no venden productos no industriales, tampoco los convenience stores –tiendas de productos de consumo rápido).

Anoto que la comida rápida puede ser muy útil y adecuada si es consumida ocasionalmente, para salir de apuros, y que hay una tendencia mundial a que sea menos perjudicial (especialmente si no dejamos en el plato las verduras que acompañan a los sánguches y papas fritas).

En nuestro país, en contraste con la monotonía de la comida rápida, muchos hogares, quizá todavía una mayoría, tienen incluso en la vida diaria o al menos con cierta frecuencia, una enorme variedad de platos, algunos reservados a comidas o salidas dominicales, varios de tipo regional: estofados, secos, guisos, tortillas, causas, ocopa, papa a la huancaína, locro, asados, aguaditos, sudados, sopas, caldos y caldillos, al vapor, chupes, cazuelas, caldos de gallina (generalmente pollo), pucheros, picantes, pepián, purés, salpicón, pasteles salados, ají de gallina (pollo), papa rellena, enrollados, albóndigas, tamales, humitas saladas, motes, chochoca, cancha (maíz tostado, levemente), carapulca (de papas deshidratadas), arroz chaufa, arroz verde y otros con base en arroz (lamentablemente casi exclusivamente el pulido), platos con chuño o moraya (papas secadas a sol y frío) y charqui (carnes secas), pescados secos salados, adobos, espesados, chairo (chupe con chuño, habas, chalona de cordero), cauche (papa con queso rallado), pebre (sopa de cordero o gallina, papas, chuño, yuca, garbanzos), chiringuitos (trozos de pescados fritos con zarandaja /tipo de frejol y yuca), frituras, cebiches, tiraditos, escabeches, parihuelas, chilcanos de pescado, ajiacos, solteritos (ensalada de pedacitos de habas, granos de choclo y queso), tacutacu (puré de frejoles mezclado con arroz), patasca (caldo de mote con carnes y mondongo), leche de tigre (de cebiches), wantán, especialidades selváticas, como juanes (arroz, gallina y huevo, envueltos en hojas de bijao), tacachos (masa de plátano con cecina), inchicapi (sopa de gallina con harina de maíz y maní), patarashca (pescado selvático envuelto en hojas), etcétera. Para consumir cada semana uno de los platos señalados (y muchos tienen variantes para toda la semana), no nos alcanza un año.

Y, aunque no necesariamente lo más sano, está bien disfrutar de vez en cuando de otras maravillas nacionales o regionales, pachamanca, huatia (cocción de tubérculos en horno de tierra), anticuchos de corazón (y otros), chinchulines o choncholí (pedazos de intestino delgado asados), pancita, rachi (mondongo), mollejitas, pollo a la brasa, saltados, sangrecita, camote con relleno, caucau, chanfainita (bofe /pulmón de res con papas, en trocitos), patita con maní, mondonguito, cecinas, chicharrón de chancho o pescado, jalea de pescado seco en trozos, cóctel de camarones, rocoto relleno, cuy frito o chactado, cabrito y pato a la norteña, puka picante (pedazos de chancho, betarraga, papas y maní, con ají o rocoto), empanadas, salteñas, caldo de cabeza, shámbar (sopa o espesado de menestras, trigo resbalado, pellejo y costillas de chancho), sopa teóloga (gallina, verduras y leche), sopa seca (gallina con zanahoria y tallarines), etc., cada cual de una o más regiones, con sus condimentos y modos de preparación específicos (en gran parte ubicable en internet).

También de los productos domésticos, artesanales o de pequeña industria, típicos, como postres o snacks, tenemos, gruesamente, entre los más sanos, hojuelas de kiwicha, chifles de plátano, humitas dulces, algarrobina, chocolate espeso en taza, mazamorra morada, mazamorra de cochino, arroz con leche, arroz zambito, cocadas, chapanas, machacados, ranfañote; entre los menos sanos, budines, picarones, King Kong, variedad de tejas, alfajores, leche asada, leche vinagre, turrón de Doña Pepa, mazapán, frejol y pallar colado, dulce de nísperos, membrillos, higos y otros dulces de frutas, guargüeros, suspiro a la limeña, merengue, leche condensada, caramanduca (revolución caliente - pan con anís), queso helado, dulce de camote, melcocha, champus /champús caliente (chancaca, harina y fruta), maná (huevos batidos con azúcar, amasados, en moldecitos), natillas, manjar blanco, jalea de membrillo, panetones, pasteles dulces, bizcochos, bizcotelas, chancay (pan dulce) y toda la variedad de postres de adaptación más reciente, especialmente de pastelería europea.

Además tenemos, como bebidas no industriales, la chicha de jora, de molle, de maní o de cebada y de otros ingredientes, emolientes (principalmente en carretillas, bebida caliente o fría, considerada medicinal, a base de cebada, hierbas como cola de caballo, llantén, boldo, y semillas como la linaza, más alfalfa y zumo de limón -y azúcar), agua de coco (pipa), entre otras.

Nuestra comida es especialmente positiva por la variedad de papas y frejoles, lentejas, vainitas, arvejas /guisantes, habas, choclos, otras verduras, yuca, pallares, más pollo extremadamente barato por la eficiencia de nuestra industria avícola, además algo menos artificial que otras, de pescados, de carnes rojas (las hay relativamente baratas), de vísceras y de mariscos.

Nos favorece también la costumbre de acompañar muchos platos con gotas de limón, con rodajas de cebolla roja y tomate, y su ají, en vaina o en salsa, además del uso amplio de ajo. Igualmente, la preferencia de todavía muchas personas por limonadas, naranjadas, chicha morada natural (ojalá poco endulzadas) e infinidad de jugos o zumos de frutas frescos, lamentablemente reemplazados progresivamente por sus versiones industriales o sucedáneos.

Además entre nosotros parece que todavía predomina una cultura de compra de insumos más baratos según la estación y circunstancias, antes que un cronograma de platos preestablecido rígido.

Es de esa realidad que parte, en la que se inserta y a la que refuerza el boom gastronómico, que tiene la virtud de involucrar tanto a capas sociales más pudientes como de menores ingresos, en cuanto a consumo, y de vincularlas con la pequeña producción de todo el país. Tan amplio es el abanico del boom que va desde los restaurantes más elegantes hasta los mercados populares, carretillas e incluso cocinas del penal Canto Grande.

Se trata de arte y ciencia, de ingeniería doméstica y de restauración (hostelería), de servicio al cliente /huésped, bienvenido y reconocido, con hospitalidad; con el fortalecimiento de nuestra identidad y de nuestra imagen internacional como subproductos muy importantes, lo que contribuye a sustentar la valiosa Marca Perú para presentar a nuestros productos al mundo –y valorarlos más en casa. El boom estuvo precedido, hace décadas, por el florecimiento, en segmentos reducidos, de la cocina novoandina, adaptación de la cocina tradicional andina a gustos más refinados. La hospitalidad se combina con compartir el placer de una buena comida en un ambiente acogedor.

La calidad y el modo de abordar la comida es un indicador de estilo de vida, de manera de ser y de algunas convicciones.

No hay nada que no tenga una cara negativa: en el caso del boom gastronómico es fácil que uno se deje incitar a comer en demasía, por lo que es recomendable frenarse en la cantidad de ingesta y en la frecuencia de saborearlo en cantidades excesivas.

Se agrega la aún reducida, pero creciente disponibilidad de productos orgánicos certificados, principalmente en Lima, pero también ya en varias regiones, a través de bioferias, tiendas orgánicas, secciones orgánicas de supermercados, algún puesto de mercado, y de una parte de la oferta de mercados saludables y justos. Y en algunas ferias, diversos alimentos están sin agroquímicos por defecto, por provenir de la agricultura tradicional de recursos limitados (aunque en ocasiones con un tratamiento químico inadecuado por desesperación o falta de conocimientos ante una plaga difícil de controlar).

Lo expresado anteriormente es un importante plus para nuestra salud, por el amplio abanico de insumos entre los que podemos escoger y la disponibilidad de muchos productos frescos durante buena parte del año, algunos casi sin interrupción, gracias a la diversidad de nuestros ecosistemas y calendarios agrícolas y a lo templado de nuestro clima de Costa como efecto de la Corriente de Humboldt. Tanto la Costa como la Ceja de Selva y Selva y los valles interandinos templados, permiten dos -o hasta tres- campañas al año de muchos productos agrícolas. Y se ha intensificado enormemente la horticultura durante todo el año.

La agroexportación de productos no tradicionales, floreciente en las últimas décadas, uno de los rubros de exportación más importantes, ha llevado a que esta supere ampliamente la de productos agrícolas tradicionales y aumente progresivamente su disponibilidad en el mercado nacional –aunque en algunos casos al inicio a precios solo accesibles para las minorías de mayores ingresos, hasta que su producción se generaliza, los precios se nivelan y además el efecto imitación los hace atractivos para gran parte de la población.

La diversidad en el tiempo facilita la ingesta de todos los nutrientes que necesitamos. Eso sí, es frecuente la insuficiencia de hierro, detectable, por fatiga y dificultad de concentrarse, por debilidad física, por frío en los pies, por piel y encías pálidas y comprobable por un análisis de sangre.

También hay alimentos más saludables y otros menos, más para unas personas que para otras, y la diversidad puede compensar los defectos.

 

2.        La variedad de nuestros insumos alimenticios

Tener presente la enorme variedad de alimentos que produce nuestro país no solo fortalece nuestra identidad nacional e identidades regionales y locales, sino contribuye a nuestra conciencia alimentaria, y, a través de ella, también al desarrollo de nuestra agricultura y recolección, especialmente de pequeña escala.

Esto incluye muchos productos nativos, domesticados en nuestra área andina o en otras áreas de América y presentes en nuestra alimentación hace milenios o siglos antes de la llegada de los españoles, y gran variedad de alimentos incorporados a partir de la conquista española y de los sucesivos mestizajes culinarios. Los complementamos con importaciones de alimentos por ausencia de producción local, precios relativos menores, por contraestación o por preferencias económicas de supermercados internacionales.

Entre las plantas nativas tenemos miles de variedades de papas y camote /boniato, y varias de oca, mashua, quinua, cañihua, kiwicha /amaranto andino, maíz choclo (incluida su variedad gigante del Cusco), maíz multicolor, palta, tomate, yacón, tarwi /chocho/ lupino, pallar, frejol, caigua, ajíes, rocoto, zapallo y calabazas, pituca (dos variedades de malanga), cacao, chonta/ pijuayo -palmera, sus hojas tiernas-, cochayuyo, hongos, además de maíz morado, achira, arracacha, palillo/ cúrcuma, achiote, piñón, huacatay, molle, muchas hierbas aromáticas y nutracéuticas.

Tenemos cientos de frutas nativas, muchas de ellas silvestres, principalmente de la Selva, muchas desconocidas incluso para la gran mayoría de peruanos. Destacan la chirimoya, guanábana, lúcuma, tuna, granadilla, pepino (dulce), maracuyá, pacae /guaba, mamey, guinda /capulí, ciruela andina, guayabas y, menos conocidas, al menos en Lima, lulo/ naranjilla, zapote, pitahaya, caqui, sauco, sacha tomate, camucamu, chonta /pijuayo, aguaymanto /uvilla, aguaje, guaraná, tumbo, cocona, caimito, pomarrosa, además de los frutos secos maní /cacahuate, castaña o nuez de Brasil y marañón /cashew.

Entre los nutracéuticos y medicinales están las vainas de algarrobo, molle, sacha inchi, copaiba, tara, chía, achiote, llantén, diente de león, barbasco, uña de gato, cochinilla, maca, tara /taya, cola de caballo, chuchuhuasi, ayahuasca, higuerilla /ricino, chancapiedra, piri piri, pájaro bobo, ojé, sangre de grado.

Productos foráneos de especial calidad nutricional son cebolla, ajo, zanahoria, apio, poro /puerro, zapallo italiano, nabo, pepinillo, betarraga, sábila. De frutas, el mango, limón sutil, naranjas, mandarinas, limas, toronjas, papaya, piña, plátanos de muchas variedades, manzanas, membrillos, uvas, melocotones, duraznos, abridores, fresas, moras, zarzamoras, frambuesas, granada, carambola, sandía, dátiles, melones, níspero, mango ciruelo, higos, arándano, coco /pipa, naranjita china, aceitunas, perejil, eneldo, berro, pecanas y almendras.

Entre las plantas aromáticas, tanto nativas como introducidas, hay especias y condimentos como palillo /cúrcuma, jengibre, romero, tomillo, orégano, culantro, canela, ajonjolí, anís, salvia, laurel, albahaca, hierba buena y muchas otras.

Los animales domesticados en la zona andina y proveedores de carne son la llama, la alpaca, el cuy y el pato criollo. Otras crianzas incluyen vacunos, ovinos, caprinos, gallinas /pollos, pavos, patos (incluidos los andinos), y, en menor cantidad, gansos, pavos reales, conejos, codornices y avestruces. Entre los no domesticados están la vicuña y el guanaco.

La acuicultura nacional -crianza de peces- nos proporciona trucha arco iris, tilapias, conchas de abanico, langostinos, algas marinas, ranas y, en la Selva, las especies nativas gamitana, paco, boquichico y paiche (lo que protege a estas algo de la depredación).

En la Selva se pesca paiche, dorado, doncella, corvina, zúngaro, sábalo, boquichico, carachama, pirañas, entre otros. En la Sierra los peces nativos carachi y suche (bagre), y los silvestres introducidos, pejerrey bonaerense y truchas, además de capturar ranas.

En la Selva y Ceja de Selva hay todavía amplias zonas -en constante reducción- con animales silvestres, del monte, cazados por su carne, en particular sajino y huangana (parientes de los chanchos), venado, pudú (el ciervo más pequeño del mundo), motelo y charapa (tortugas), tres especies de monos, majaz o picuro (roedor grande), sachavaca (tapir), muchas aves, ronsoco (el roedor más grande del mundo), añuje (roedor pequeño), lagartos, cuy silvestre, pavas de monte, delfines, serpientes y culebras –algunos de ellos especies amenazadas. También es común el consumo de suri (gusano del aguaje), hormigas y larvas de mariposas, no solo entre las tribus nativas.

En la Sierra y partes de la Costa hay caza reglamentada -aunque poco controlada- de perdices, vizcachas, liebres, conejos, varios tipos de patos, palomas, tórtolas, huallatas, torcazas, cuculíes, zarigüeyas, y se comía ancas de rana silvestre (en peligro de extinción, en la laguna de Junín), o caldos de rana en el Altiplano. Hay pueblos que acostumbran comer gato y en el campo se consume la carne de caballo y de burro (no muy usual en la ciudad). En la costa norteña se consume algunos lagartos. Está prohibida, pero se sigue dando, la captura de tortugas en Pisco (puerto al Sur de Lima) y la de guanacos en el Sur, ambos en peligro de extinción. En el Altiplano está ahora prohibida la caza del armadillo /quirquincho /carachupa (antes la habitual caja del charango, instrumento de cuerdas de folclore andino).

En la Costa, en pesca y recolección, son importantes la de camarón de río en el Sur y, en el Norte, en los manglares de Tumbes, la de concha negra, sujetos a períodos de veda, además, del mar, la de choros, machas, cangrejos, erizos, abalones, almejas, caracoles, conchas de abanico, palabritas y percebes, y otros menos conocidos.

La pesca artesanal en el mar costero, de anzuelo, con redes o por buceo es principalmente de corvina, mero, coco, cabinza, tramboyo, anchovetas y pejerreyes, más una gran variedad de lenguados, chita, pintadilla, cachema, calamar y pulpo, anchovetas (que están siendo por fin valoradas como equivalentes a la anchoa en valor nutricional).

Las especies pelágicas –de aguas profundas- de mayor consumo, son jurel, caballa, bonito, atunes, merluza, machete y cojinova, pota y también anchoveta.

Hay otros cientos de especies, de diferentes profundidades y distancias de la costa, las más conocidas son albacora y otros atunes, anguila, bacalao, bagre, barrilete, borracho, cabrilla, chavelo, congrio, guitarra, lisa, manta, merlín, mero, morena, pámpano y pampanito, pejeblanco, pejerrey, pez espada, pejesapo, peces voladores, gran variedad de rayas, róbalos, sardinas, señoritas, tiburones, toyos.

Además se pesca en muy pequeña escala delfines y se caza lobos marinos, a pesar de estar prohibido.

El consumo de pescado es de unos 22 kg por persona al año, más de dos tercios de ellos, frescos, el mayor de la región, pero solo la tercera parte de países pesqueros como España y Japón, lo que, gracias a la gran riqueza de nuestro mar, si se evita la sobreexplotación, indica un enorme potencial de aumento de la producción y de mejora de la alimentación.

Tenemos además apicultura para miel de abeja comercial, de diferentes floraciones, cultivadas y silvestres -en especial de algarrobo-, y diversas especies de abejas autóctonas, sin aguijón, en la Selva, claves para la polinización, que también producen miel. Producimos aceite de oliva, variedad de quesos, incluso gourmet, cochinilla (para colorante), tanto de tunas cultivadas como silvestres.

El estado de la fauna silvestre y de los panales de abejas, así como la calidad de sus productos, son buenos indicadores de la salud de nuestros ecosistemas, terrestres, acuáticos y marítimos, y sus alteraciones, una señal de alerta.

* Nota: Extraído de: Alfredo Stecher, Pequeña enciclopedia sobre alimentación saludable, Centro IDEAS, 2018

 

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CALENDARIO AGROECOLOGICO 2020

 

Febrero

* domingo 2 febrero, Día Internacional de Los Humedales

* viernes 14 febrero, San Valentín Día de la Amistad

* 12 al 15 de febrero, BIO FACH 2020, Nuremberg, Alemania. La BioFach-Alemania, es la más antigua y principal feria internacional de productos ecológicos

* Domingo 15, homenaje a Alfredo Stecher

Marzo

* domingo 8 marzo, Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional

* domingo 15 marzo, Día Mundial del Consumidor.

* domingo 22 marzo, Día Mundial del Agua

* martes 24 marzo, Día de Creación del Grupo WIE Perú del IEEE

ABRIL

* miércoles 1 abril, Día Mundial de la Educación

* martes 7 abril, Día Mundial de la Salud

* sábado 11 abril, Día del Niño

* 9 y 10 abril, jueves y viernes santo, feriados

* miércoles 22 abril, Día Mundial de la Tierra

MAYO

* viernes 1 de mayo, Día del trabajo.

* domingo 10 mayo, Día de la Madre

* viernes 22 mayo, Día Mundial de la Diversidad Biológica

* miércoles 27 mayo, Día del Idioma Nativo, el Quechua

* sábado 30 mayo, Día Nacional de la Papa

* domingo 31 mayo, Día del NO Fumador; Reflexión sobre los desastres naturales

JUNIO

* viernes 5 junio, Día Mundial del Medio Ambiente

* domingo 21 junio, Día del Padre

* domingo 21 junio, Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

* miércoles 24 junio, Día del Campesino, Inti Raymi, feriado

* lunes 29 junio, San Pedro y San Pablo, feriado

* martes 30 de Junio, día nacional de los granos andinos: quinua, kañiwa, kiwicha, tarwi.

JULIO

* lunes 6 julio, Día del Maestro

* sábado 11 julio, Día Mundial de la Población

* martes 28 y miércoles 29, Fiestas Patrias, feriados

AGOSTO

* miércoles 9 agosto, Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.

* sábado 12 agosto, Día Internacional de la Juventud

* miércoles 19 de agosto (1989-2020) Trigésimo primer (31) aniversario RAE Perú

* sábado 22 agosto, Día Mundial del Folklore

* jueves 27 de agosto (2011-2020) Noveno Aniversario del Mercado Saludable de La Molina

* domingo 30, Día de Santa Rosa de Lima. Feriado

SETIEMBRE

* martes 1 setiembre, Día del Árbol

* sábado 12 setiembre, sexto aniversario de la Red de Ferias y Mercados Ecológicos

* miércoles 16 setiembre, Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono

* lunes 21 setiembre, Día Internacional de la Paz.

* miércoles 23 setiembre, Día de la Juventud y la Primavera.

* 23 al 27 de setiembre. Perú, mucho gusto, en Lima

 

OCTUBRE

* XVI ENAE Encuentro Nacional de Agricultura Ecológica en Ayacucho

* jueves 8, Combate de Angamos, feriado

* jueves 15 octubre, Día Mundial de la Mujer Rural

* viernes 16 octubre, Día Mundial de la Alimentación

* lunes 19 octubre, (2007-2020) Décimo tercer aniversario de la Plataforma PERÚ País LIBRE DE TRANSGÉNICOS

* jueves 29 octubre, (2004-2020) décimo sexto aniversario de la Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético

NOVIEMBRE

* domingo 1, Día de Todos los Santos, feriado

* sábado 7 noviembre, (2002-2020) décimo octavo aniversario del Comité de Consumidores Ecológicos

* martes 10 noviembre, Día del Libro

* martes 17 noviembre, (1998–2020) Aniversario 22 del Grupo EcoLógica Perú

* viernes 20 noviembre, Día Universal de los Derechos del Niño

* miércoles 25 noviembre, Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer

* domingo 29 noviembre, (1978-2020) el Centro IDEAS celebra su 42 aniversario

DICIEMBRE

* martes 1 diciembre, Día de la Prevención del SIDA

* jueves 3 diciembre, Día Internacional del No Uso de Agroquímicos.

* jueves 3 diciembre, Día nacional de la promoción de la Agricultura Ecológica.

* sábado 6, (1999-2020) Vigésimo primer Aniversario de la BioFeria de Miraflores.

* jueves 10 diciembre, Día de la Declaración de los Derechos Humanos

* lunes 14 diciembre, día del Cooperativismo Peruano

* viernes 25 diciembre, Navidad, feriado

* viernes 1 de enero 2021, feriado

 

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BIOCOMPARTIENDO # 6 - 2020

¡ Por una vida sana y feliz, libre de transgénicos cancerígenos !

 

Domingo 9 de febrero de 2020

 

Editor: Fernando Alvarado de la Fuente

 

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