Montar sobre el Bus Azul: mi primera vez

Crónica de "viaje"

 

Muy atento a la llamada ‘reforma del transporte’, impulsada por Susana Villarán, en especial al corredor azul Tacna-Garcilaso de la Vega-Arequipa, me quedé con las ganas de subir al bus azul durante los "ensayos" de los fines de semana (los sábados supervisamos el Mercado Saludable de La Molina y los domingos la Ecoferia Lima del Parque Washington).

 

Hoy lunes 1 de setiembre me saqué el clavo, mi Taller PAF (Plataforma de Agricultura Familiar), a las 8.30am en el local del Centro IDEAS (ubicado a la altura de la cuadra 2 de la Av. Arequipa) fue la mejor razón para montar en el bus azul.

 

Los previos

A las 7.15am salí hacia la Av. Angamos y agarré la línea 25 que históricamente avanzaba por la Arequipa; dentro del micro me enteré que su ruta a partir de ahora será por el Paseo de La República. Me bajé en la Vía Expresa y caminé hacia la Av. Arequipa.  Mientras cruzaba la calle vi la llegada de un bus azul. Siguiendo las instrucciones de las facilitadoras de la Municipalidad cumplí con hacer mi cola (que algunos intentaron pasar por alto, pero al final debieron acceder ante una mayoría disciplinada)

 

La abordada

A los 30 segundos de espera llegó otro bus azul, la línea 301 y subimos como 15 personas; en ese momento serían las 7.45am. El bus azul estaba bastante nuevo y con cuatro filas de asientos; conforme avanzaba y se detenía fiel a sus paraderos se fue apretando de usuarios, motivando –lógicamente- que las propias personas solicitaran que ya no suban más. Lo ilógico sucedió cuando algunos pidieron que ya no se detenga en los paraderos para acelerar la marcha, a lo que el conductor, una persona bastante joven, enfrentó amablemente pidiendo comprensión y explicando que debía parar para que las personas bajen en el paradero requerido.

 

Las malas lenguas y otros desentonos

En uno de los paraderos subió una pareja asegurando "seguiremos rajando de esta porquería que han hecho". Como se trataba de "mayorcitos" nadie quiso intervenir, aunque sí logré escuchar quedito "si es una porquería para que sube", "que se vayan a las avenidas paralelas parar tomar su bus tradicional", "lo que pasa es que estamos mal acostumbrados".

 

Una señora y luego otra pidieron se les permitiera bajar por la puerta delantera pues sus paquetes les impedía avanzar hasta la puerta posterior. A regañadientes el conductor accedió. Nadie le reclamó, ya que parecía adecuada la excepción.

 

Último percance

Al cabo de unas 20 cuadras el bus se aligeró, y fluidamente subían y bajaban entre 10 a 15 personas por paradero, ello permitía el desplazamiento de las personas de la parte delantera hacia la posterior para bajar.  El trayecto mejoró significativamente, y desde Javier Prado hasta 28 de Julio, todo fluyó.  A pesar de esto, un par de jóvenes mujeres insistieron en bajar por la puerta delantera; el conductor, amable pero firme, no lo permitió; las jóvenes exigieron tiempo para desplazarse hasta el final del bus para bajar, a lo que el conductor aceptó.  Mientras las ‘infractoras’ avanzaban, las personas aprovecharon para sermonearlas "entiendan que se debe bajar por la puerta de atrás", "hay que respetar las normas", "si queremos mejorar hay que hacer caso", etc.  Debo suponer que las chicas difícilmente intentarán quebrar las normas en el futuro.

 

La meta

A las 8.20am bajé en mi paradero y pude llegar a tiempo a mi reunión, antes de las 8.30am. Un par de jóvenes bajaron conmigo, pero, la calcularon mal "ya no entramos a la clase, llegamos tarde". Al parecer, varios necesitan afinar sus horarios para llegar a las 8am.

 

La segunda

Poco antes de las 10am, Silvia me conminó a participar en la reunión en la Municipalidad de Lima. Además de evaluar la marcha de la Ecoferia Lima (del Parque Washington, que ya cumplió sus siete fechas), debíamos tomar decisiones sobre la segunda Ecoferia.  Muy pronto les tendremos los detalles de la inauguración de este nueva emprendimiento semanal. Estén atentos.

 

Terminada la reunión había que volver a mi oficina; así que caminé de la Plaza de Armas hacia la Av. Tacna; en menos de 30 segundos llegó un bus azul nuevecito, de tres asientos por línea, también de la línea 301.  Ya daban las 12.50, y el bus estaba bastante ligero, tanto que logré sentarme y en los siguientes paraderos todas las personas también. Un par de chicas, aún desorientadas, preguntaban a quién le debían pagar, un usuario les explicó "es gratis todo el mes de setiembre".  Muy contentas, las chicas aseguraron "mañana también lo tomamos, nos conviene".  Otra joven se animó a repartir los volantes que tenía el conductor a toda persona que los necesitaba.  Todas/todos querían informarse de las modificaciones, los recorridos, los paraderos, .... Además, en cada paradero, un facilitador informaba con anticipación del siguiente paradero; así las personas podían prevenir y decidir si bajar o esperar a la siguiente parada.  Llegué a mi oficina de manera rápida y cómoda.

 

La tercera

Al final de mi jornada, me encaminé al paradero que ya tenía una cola como de 15 a 20 personas; mi bus azul llegó antes del minuto de espera y pudimos subir todos; serían alrededor de las 5.40pm; este bus estaba relativamente nuevo. Estuvo apretadito por varios paraderos, pero en algún momento pude avanzar y conseguir asiento en la última fila. La marcha fue lenta, mucho más que en las dos anteriores.  A las 6.20pm bajé en Angamos; ahí tomé la línea D, que antes cruzaba toda la Av. Arequipa y ahora la intercepta. Llegué a casa a las 6.50pm, nada mal para ser hora "punta".

Así de fácil me hice tres al hilo.

 

En resumen:

 

1.      De los tres buses que tomé, dos estuvieron relativamente nuevos y uno estuvo nuevecito, incluso mantenía los plásticos protectores de los asientos; na’ que ver con los buses de 10 a 20 años de antiguedad que mencionan los diarios insidiosos El Comercio, Perú.21 o La Chuchi.

2.      En tres momentos distintos del día, la frecuencia entre las llegadas del bus fue menor a un minuto, na’ que ver con los 5 a 7 minutos que aseguran los conocidos diarios insidiosos El Comercio, Perú.21 o La Chuchi.

3.      Si hay facilitadores en TODOS los paraderos, y responden claramente a todas las preguntas y dudas de las/los usuarios; na’ que ver con las mentiras de los archi-conocidos diarios insidiosos El Comercio, Perú.21 o La Chuchi.

4.      Evidentemente, siempre encontraremos gente molesta y alaracosa, que a pesar de tildar de " porquería" al sistema, lo aprovecha; igualmente, varios llegaran tarde, y solo será hasta que reajusten sus horarios, conozcan el sistema y se hagan a la nueva rutina.

5.      La gran mayoría asiente con simpatía el nuevo sistema y está dispuesto a seguirlo, defenderlo y a contribuir con la "educación" y el control social a los que se resisten.

 

Como alguien ha dicho, no estamos haciendo una reforma, sino una revolución con eso que se llamaba “sistema” de transporte; gracias al coraje de Susana Villarán y su equipo.

 

Esta es la crónica personal de mi primera vez montado sobre el bus azul.

 

Fernando Alvarado de la Fuente

1 setiembre 2014.

 

 

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