Estimados amigos,
Se me ha criticado por mis puntos de vista sobre mi apoyo a la política reciente del gobierno de cancelar el cobro de deudas, muchas incobrables y promover la inversión y la formalización de las empresas.
No creo que el gobierno haya tenido en mente realizar una amnistía tributaria general ni apuntada a algunos empresarios o sectores en particular, como algunos tratan de hacer aparecer. Eso sería inaudito y contraproducente, y creo que ningún Ministro de Economía lo aceptaría. Lo que en realidad está sucediendo es que ha habido abusos de la autoridad tributaria SUNAT y de otras autoridades que acotan multas o impuestos; me consta por varios casos que han llegado a mi atención de empresas de personas que conozco, las cuales han acumulado obligaciones tributarias excesivas o multas feroces y muchas de ellas injustificadas, que tienen recargos acumulados por años, que no han podido pagar y que hoy son impagables.Algunas han tenido que cerrar y dejar a empleados en la calle. Y no estoy hablando ni siquiera de grandes empresas, sino de pequeñas empresas que siempre cumplieron sus obligaciones. Muchas de esas deudas, que se están tratando de descartar con la medida reciente del gobierno de liberarlas de su pago, de por sí ya son incobrables, porque los sujetos no existen y no es porque traten de escapar el pago al gobierno, sino simplemente porque no pueden.
La prensa y comentaristas de TV en días pasados han señalado también claramente los abusos que se han ido tejiendo por diversas entidades públicas que tienden sus redes con una serie de medidas drásticas para forzar la pesca de un mayor número y monto de multas como medio de financiar sus presupuestos. ¿Recuerdan el caso de las fotos y las papeletas con montos recargados que tuvieron que parar a causa de la reacción del público?
Como asesor de un Ministro de Agricultura, que no es del anterior gobierno, me tocó actuar para solicitar al Ministro que impidiera que se implantara un impuesto ciego basado en un ingreso presuntivo ciego a los agricultores cafetaleros, que habría sido desastroso para ellos. Las actividades agropecuarias en el Perú y más especialmente las cafetaleras están sujetas a altibajos de los ingresos por muchos factores aleatorios fuera de su control, tales como clima, enfermedades, plagas de aparición súbita o precios internacionales bajos. Por tal motivo, los agricultores en años buenos, debieran tener los ingresos necesarios para pagar sus deudas y acumular ahorros, si los hubiera, para enfrentar años malos. El caso de un impuesto ciego sobre la ganadería en Colombia fue el chispazo que inició la aparición de los grupos armados territoriales llamados inicialmente de autodefensas para impedir la llegada de los colectores de impuestos, lo que degeneró más tarde en que dichos grupos armados entraran en el narcotráfico y las guerrillas. Me place informarles que esa gestión mía y por supuesto otras también, sumadas llevaron a una discusión del tema en el gabinete y la cancelación de la medida del impuesto ciego a los cafetaleros, que los habría impulsado a sembrar coca como alternativa en algunos casos.
Algunas personas no pueden estar de acuerdo con las medidas del actual gobierno de apoyar la reinversión, pero algunos otros sí lo estamos y puede ser que coincidan o no con visiones ideológicas, pero yo me remito a la lógica de que es un claro caso de conveniencia política y social para el país. Aunque se hubiera perdido algunos ingresos inmediatos al erario nacional, argumento que las ganancias económicas, sociales y políticas compensan por demás a la perdida teórica de ingresos económicos inmediatos, muchas veces de deudas incobrables por el Estado..
Un impuesto ciego a las exportaciones agropecuarias que se intentó implantar en Argentina por el actual gobierno de ese país, trajo como consecuencia una paralización total del agro y pérdidas económicas serias, hasta que se derogó la medida. Se podría alegar que no hay equivalencia entre el agro y el resto de la sociedad en cuanto a polìtica impositiva aa causa d estas medidas, pero es que los riesgos son diferentes. ¿Cuántas veces, sucesivos gobiernos en el Perú, no han amnistiado deudas de agricultores, por fenómenos como el Niño u otros eventos tales como terremotos o avalanchas y qué podemos decir del actual problema de la roya del cafeto y su desastroso efecto sobre la economía de los agricultores cafetaleros y sus familias?
Otro tema que debemos contemplar es que nuestro grado de informalidad de las empresas en el Perú es uno de los más altos de Sudamérica, precisamente por el alto costo de la formalización. ¿Saben cuántos mineros informales se han formalizado, de las decenas de miles que hay en todo el Perú hasta el día de hoy?……solo cien! En general, tenemos el doble de empresas informales en el Perú que en Chile, de modo que la evasión aquí es muchísimo más alta. Recordemos que el número de empleos que proveen las pequeñas y medianas empresas en el Perú puede llegar al 80% del total. El Estado provee solo el 10% o menos de los empleos.
Por eso creo que la reinversión en el sector privado es de crucial importancia para poder absorber desde hoy y en los próximos años a los miles de jóvenes profesionales, técnicos, empleados y obreros que salen al mercado laboral a buscar trabajo digno y bien remunerado. No es el dinero del Estado el que da trabajo mayoritario con obras y servicios, por más importantes que ellos sean, puesto que constituyen una fracción pequeña del volumen de puestos de trabajo que crea el sector privado, cuando este tiene excedentes que invertir e incentivos para hacerlo. Lo que el Estado requiere hacer como política económica y fiscal es promover el crecimiento económico que entonces le permita captar más impuestos y poder sacar a más gente de la pobreza y levantar el promedio de ingresos per cápìta en el Perú.
Hoy, 3 de julio, se anunció que Moody´s ha asignado al Perú el grado de inversión A3, que corresponde a países que tienen una política económica muy atractiva para las inversiones. Esperemos que ello atraiga nuevas inversiones y cree más bienestar a la gran familia peruana.
Alexander Grobman
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Alexander Grobman
alexander.grobman@gmail.com
-- Se me ha criticado por mis puntos de vista sobre mi apoyo a la política reciente del gobierno de cancelar el cobro de deudas, muchas incobrables y promover la inversión y la formalización de las empresas.
No creo que el gobierno haya tenido en mente realizar una amnistía tributaria general ni apuntada a algunos empresarios o sectores en particular, como algunos tratan de hacer aparecer. Eso sería inaudito y contraproducente, y creo que ningún Ministro de Economía lo aceptaría. Lo que en realidad está sucediendo es que ha habido abusos de la autoridad tributaria SUNAT y de otras autoridades que acotan multas o impuestos; me consta por varios casos que han llegado a mi atención de empresas de personas que conozco, las cuales han acumulado obligaciones tributarias excesivas o multas feroces y muchas de ellas injustificadas, que tienen recargos acumulados por años, que no han podido pagar y que hoy son impagables.Algunas han tenido que cerrar y dejar a empleados en la calle. Y no estoy hablando ni siquiera de grandes empresas, sino de pequeñas empresas que siempre cumplieron sus obligaciones. Muchas de esas deudas, que se están tratando de descartar con la medida reciente del gobierno de liberarlas de su pago, de por sí ya son incobrables, porque los sujetos no existen y no es porque traten de escapar el pago al gobierno, sino simplemente porque no pueden.
La prensa y comentaristas de TV en días pasados han señalado también claramente los abusos que se han ido tejiendo por diversas entidades públicas que tienden sus redes con una serie de medidas drásticas para forzar la pesca de un mayor número y monto de multas como medio de financiar sus presupuestos. ¿Recuerdan el caso de las fotos y las papeletas con montos recargados que tuvieron que parar a causa de la reacción del público?
Como asesor de un Ministro de Agricultura, que no es del anterior gobierno, me tocó actuar para solicitar al Ministro que impidiera que se implantara un impuesto ciego basado en un ingreso presuntivo ciego a los agricultores cafetaleros, que habría sido desastroso para ellos. Las actividades agropecuarias en el Perú y más especialmente las cafetaleras están sujetas a altibajos de los ingresos por muchos factores aleatorios fuera de su control, tales como clima, enfermedades, plagas de aparición súbita o precios internacionales bajos. Por tal motivo, los agricultores en años buenos, debieran tener los ingresos necesarios para pagar sus deudas y acumular ahorros, si los hubiera, para enfrentar años malos. El caso de un impuesto ciego sobre la ganadería en Colombia fue el chispazo que inició la aparición de los grupos armados territoriales llamados inicialmente de autodefensas para impedir la llegada de los colectores de impuestos, lo que degeneró más tarde en que dichos grupos armados entraran en el narcotráfico y las guerrillas. Me place informarles que esa gestión mía y por supuesto otras también, sumadas llevaron a una discusión del tema en el gabinete y la cancelación de la medida del impuesto ciego a los cafetaleros, que los habría impulsado a sembrar coca como alternativa en algunos casos.
Algunas personas no pueden estar de acuerdo con las medidas del actual gobierno de apoyar la reinversión, pero algunos otros sí lo estamos y puede ser que coincidan o no con visiones ideológicas, pero yo me remito a la lógica de que es un claro caso de conveniencia política y social para el país. Aunque se hubiera perdido algunos ingresos inmediatos al erario nacional, argumento que las ganancias económicas, sociales y políticas compensan por demás a la perdida teórica de ingresos económicos inmediatos, muchas veces de deudas incobrables por el Estado..
Un impuesto ciego a las exportaciones agropecuarias que se intentó implantar en Argentina por el actual gobierno de ese país, trajo como consecuencia una paralización total del agro y pérdidas económicas serias, hasta que se derogó la medida. Se podría alegar que no hay equivalencia entre el agro y el resto de la sociedad en cuanto a polìtica impositiva aa causa d estas medidas, pero es que los riesgos son diferentes. ¿Cuántas veces, sucesivos gobiernos en el Perú, no han amnistiado deudas de agricultores, por fenómenos como el Niño u otros eventos tales como terremotos o avalanchas y qué podemos decir del actual problema de la roya del cafeto y su desastroso efecto sobre la economía de los agricultores cafetaleros y sus familias?
Otro tema que debemos contemplar es que nuestro grado de informalidad de las empresas en el Perú es uno de los más altos de Sudamérica, precisamente por el alto costo de la formalización. ¿Saben cuántos mineros informales se han formalizado, de las decenas de miles que hay en todo el Perú hasta el día de hoy?……solo cien! En general, tenemos el doble de empresas informales en el Perú que en Chile, de modo que la evasión aquí es muchísimo más alta. Recordemos que el número de empleos que proveen las pequeñas y medianas empresas en el Perú puede llegar al 80% del total. El Estado provee solo el 10% o menos de los empleos.
Por eso creo que la reinversión en el sector privado es de crucial importancia para poder absorber desde hoy y en los próximos años a los miles de jóvenes profesionales, técnicos, empleados y obreros que salen al mercado laboral a buscar trabajo digno y bien remunerado. No es el dinero del Estado el que da trabajo mayoritario con obras y servicios, por más importantes que ellos sean, puesto que constituyen una fracción pequeña del volumen de puestos de trabajo que crea el sector privado, cuando este tiene excedentes que invertir e incentivos para hacerlo. Lo que el Estado requiere hacer como política económica y fiscal es promover el crecimiento económico que entonces le permita captar más impuestos y poder sacar a más gente de la pobreza y levantar el promedio de ingresos per cápìta en el Perú.
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