Carlos Gómez Bravo PhD.
Columnista
(Agraria.pe) En nuestro país se requiere mayor reconocimiento del impacto benéfico de la investigación agraria  sobre el desarrollo rural basado en su potencial para  reducción de pobreza, mejorar seguridad alimentaria y contribuir con la preservación de los recursos naturales.  Es una muy buena inversión cuando está bien planificada y se ejecuta apropiadamente. Por ejemplo,  tenemos una riqueza como es la biodiversidad animal y vegetal que para ponerla en valor requerimos de urgente inversión en investigación que tendría muy alta rentabilidad. Asimismo, es de común conocimiento la necesidad de tener mayor producción agropecuaria para corresponder al incremento previsto en su demanda nacional y mundial debido al  aumento poblacional y además para enfrentar los  retos impuestos por el cambio climático y la disminución en disponibilidad de agua.
Por cada 100 USD en producción agropecuaria, los países desarrollados gastan 2.3 USD en investigación agrícola publica mientras que en países desarrollados el gasto es de solo 0.53 USD. Muy claramente se nota la baja inversión y la brecha que se produce en generación de nuevas tecnologías. El retorno económico  por la investigación en agricultura es bien alto siendo  mayor que el correspondiente a muchas otras decisiones de políticas públicas. Según estudios disponibles, en países en desarrollo dicho retorno es  del 60 % en promedio. (http://www.ifpri.org/sites/default/files/publications/ifpridp00986.pdf)
Los fondos públicos son los que más soportan la investigación agropecuaria de países en desarrollo estando asignados a  entidades públicas y universidades de forma variable mientras que la inversión privada es un muy pequeña. Debe anotarse que se han tenido en el pasado diversas iniciativas para reestructurar la investigación en el sector público (ej INIA) que no se han mantenido en el tiempo. Esto hace perder dichos esfuerzos dado que la investigación agraria requiere un horizonte largo de tiempo para tener impacto.
Las universidades en el Perú son recursos subutilizados que podrían grandemente incrementar su productividad en investigación agraria con limitado mejoramiento en su financiación. Esto también permitirá calificar profesionales en el diseño y ejecución de investigación mediante programas de postgrado (Maestría y Doctorado). Es muy importante en ese sentido la necesidad de tener procesos exigentes de acreditación de dichos programas para asegurar adecuado retorno de la inversión. Un componente de ello debe ser la cantidad y calidad de publicaciones internacionales del investigador.
Además de la investigación pública (Universidades, INIA, IAP)  se debe considerar mecanismos para impulsar la investigación privada como por ejemplo reducción de impuestos por inversión en investigación.  Sin embargo, será todavía bastante limitada por que no es bien público y está restringida principalmente a cultivos de agro exportación mientras que la mayoría de la agricultura en el Perú  está asociada a unidades productivas de tamaño pequeño y  producción para el consumo interno o requieren mayor tiempo de maduración como en el caso de biodiversidad que no son atractivos para empresas nacionales que requieren aun tiempos más cortos de retorno a la inversión.
No tenemos en el país una mirada dinámica y moderna sobre como estructurar la investigación agraria para que tenga eficacia. Pasare analizar  algunas posibles intervenciones.
a.- Iniciativas concursales finalizadas o en ejecución en nuestro país como INNOVA, FINCYT, FIDECOM, INCAGRO son bastante atractivas en su eficacia. Afortunadamente hemos pasado la etapa inicial de su introducción y estamos en muy buena situación para incrementar su uso.  Sus beneficios son que mejoran la posibilidad de revisar la eficacia de la investigación, bajar sus  costos y  hacerla más orientada a la demanda. Requiere sin embargo una muy cuidadosa priorización de los temas de investigación y debe entenderse como complementaria a otros esfuerzos de naturaleza más básica y estratégica.
b.- Respecto a la obtención de recursos para investigación agraria estos pueden provenir de formas innovativas como tasas aplicadas a la producción agrícola por los mismos productores. Uno de sus beneficios importantes es que hace al agricultor estar más involucrado en fijar las prioridades de investigación.
La experiencia internacional indica que para lograr  impacto de la investigación agropecuaria debe estar enlazada con actividades apropiadas de extensión (publica y privada) en un sistema nacional. 
Debo concluir entonces que la inversión en investigación y extensión agrícola en conjunto con el mejoramiento de la  infraestructura rural es una ruta muy segura para impulsar el desarrollo sostenible de nuestro país que requiere urgente análisis e implementación. En siguientes artículos tratare esta temática con ejemplos exitosos de investigación y extensión en Latinoamérica.



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Publicado por Blogger para BA el 4/30/2012 08:13:00 PM

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