[GA] EPÍSTOLA A UN CONSORCIO

30 de septiembre de 2012

EPÍSTOLA A UN CONSORCIO


(Agraria.pe) Esta columna que escribo recurrentemente, siempre me ha permitido expresar lo que pienso y muchas veces, en exceso de transparencia, de lo que hago.  Una de las publicaciones resultó ser una verdadera catarsis: EL "ELOGIO DEL FRACASO" Y LOS AGRONEGOCIOS. Este articulo daba cuenta de lo mal que me fue en uno de los proyectos que emprendí en al año 2010.

Sobre este tema quiero ahondar, en razón que el día de ayer recibí una llamada de un periodista de una revista, la cual no conocía, que me pedía un soborno a cambio de no publicar detalles de la gestión del Consorcio Peruano del Agro, entidad que yo fundé y que tuvo resultados desastrosos en sus primeros meses de formada.

Quiero pedir la licencia debida de esta columna para tocar un tema personal, pero que pretende mostrar algo que es característico en mí, nunca oculto nada, todo lo contrario, siempre he sido abierto es manifestar mis aciertos y desaciertos cuando he sido consultado. Me siento orgulloso de haber tenido un abuelo y un padre ejemplares: honrados, respetuosos y en todo sentido unos caballeros y, en la misma dimensión, yo también pretendo serlo.

A finales del 2010 formamos, con un grupo de profesionales de primer nivel, el Consorcio Peruano del Agro, empresa que tuvo la mala fortuna de empezar operaciones con la peor campaña de exportación de mango, en términos de sobreoferta, que haya visto (2010/2011) si a esto le sumamos que mis problemas de salud empezaron desafortunadamente en ese año, no pude estar al corriente de la gestión como estaba previsto. Esa campaña de exportación, que fue la única y última que se hizo, acabó generándoles un daño a los productores ya que no pudieron cobrar el retorno por la entrega de su fruta.

Buscamos en todo momento hacer un bien a un grupo de 40 productores, pero acabamos perjudicándolos. A mediados del 2013 debo estar reflotando ese consorcio, debo estar plenamente recuperado de salud y con la fortaleza suficiente para recuperar una empresa, como ya lo he hecho antes con otras compañías.

Pero esta nota epistolar no pretende ser un confesionario ni un golpe al pecho, pretende dar un mensaje a los intereses que pueden haber detrás de esta llamada extorsionadora y decirles que uno no tiene por qué preocuparse si actuó de buena fe y queriendo hacer el bien. Tengo una trayectoria intachable en la gestión pública y privada, me precio y me reconforto de haber ayudado a muchas personas, pequeños productores en su gran mayoría, nunca he pedido un beneficio personal por más mínimo que sea, siempre he estado dispuesto a ayudar o hacer buenos oficios sin recibir nada a cambio.

Tengo muchos más éxitos de gestión que algún fracaso que pueda haber tenido, me precio de tener un balance más que positivo, lo suficiente como para públicamente escribir esta columna y reiterar mi compromiso de enmendar siempre cualquier error que se pudo tener.

Quiero agradecer a mis amigos que siempre han estado cerca para el aliento, quiero agradecer al destino que siempre da la oportunidad para re-inventarse, para superar obstáculos: nunca debemos caer en el desaliento, en la resignación de que todo afuera es malo y que no sirve ser bueno.  Un consorcio espera para ser reflotado y las expectativas siguen vigentes.

29 de Setiembre del 2012

Angel Manero Campos

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