PARADOJA: LO PEQUEÑO ES COMPETITIVO
(Grupo Agronegocios) Quienes hemos crecido en el campo conocemos lo fácil que es establecer una crianza menor, siempre hay un espacio donde se pueden criar unas docenas de cuyes, conejos, pollos etc. Se empieza con dos y después de unos semestres proliferan (solo hay que ir introduciendo nuevos ejemplares machos en la convivencia).
Hace unas semanas estuve haciendo el análisis beneficio/costo de una crianza intensiva de cuyes en Ayacucho, un negocio que pudiera tener un plantel permanente de unos 20 mil cuyes. La sorpresa es que no hay forma de ser más competitivo que las micro-crianzas que hacen los miles de pobladores en el campo.
De la misma forma, cuando encontramos datos como que el costo de producir leche de vacuno en algunas zonas de Puno es de USD 0.14 /litro, identificó rápidamente que este costo refiere a un sistema de crianza básico, donde se tienen dos o tres vacas que conviven sin mayor atención al lado de la casa familiar. En estos sistemas de crianza el costo de producción es bastante marginal y los “costos hundidos” pueden sonar a una terminología astral.
Del mismo modo, una quinua sembrada en un terreno de los andes que se instala con semilla recolectada de la cosecha anterior, con agua de lluvia y que puede producir 600 u 800 kilos por hectárea, en términos de costos, es más competitiva que cualquier súper tecno productor. Me costaba hacerle entender a un amigo chileno cómo el hecho de tener una mayor productividad y mayor utilidad neta absoluta te lleva a un mayor costo de producción (USD/Kg). Las variables de riesgo, costos hundidos, eficiencia del activo y costo de oportunidad son poco estimadas y consideradas en los flujos de caja.
El gran reto en el tiempo es cómo ir rentabilizando nuestros activos a fin de obtener la mayor utilidad neta absoluta por hectárea de tierra con lo que esto implica en el uso de agua, clima e infraestructura. Esto sin considerar las estrategias de diferenciación y posicionamiento que se puede ganar en los mercados.
Debido a lo anterior, vuelvo a criticar la política pública agraria en torno a la quinua, cuando se dice que se promoverá la quinua en costa y sierra. Primero habría que observar que el MINAGRI no tiene fondos y recursos ilimitados, segundo que la focalización de sus actividades amerita dedicarse a promover aquellos centros de producción que brindan un mejor retorno económico-social y por lo tanto es imprescindible concentrar todas las baterías en promover la competitividad de la quinua en nuestros andes.
El mercado hará que, en la costa, nuestra quinua se desarrolle espontáneamente por el sector privado. Resultaría critico ver un AGROIDEAS aprobado para hacer quinua en costa, cuando en la Sierra tenemos más de 45,000 hectáreas ávidas de un refuerzo competitivo.
Ángel Manero Campos
Columnista
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